Tras la reunión celebrada por el Comité Federal del PSOE en la mañana del sábado día 14 de
enero, la impresión que me queda es que
la Gestora no ha variado en casi en
nada su trayectoria de los últimos tres meses. Sólo ha pasado de tratar de coser a intentar apañar el Congreso Federal
que se deberá celebrar los días 17 y 18
de junio, con la previa convocatoria de elecciones primarias en mayo.
No niego al presidente de la Gestora, Javier Fernández,
el buen discurso político que hizo ante los cerca de 300 compañeros del máximo
órgano de dirección de los socialistas, pero la conclusión ya la habían
adelantado los titulares de los medios la misma jornada del sábado “El PSOE
sigue abierto en canal y desangrándose en las encuestas”.
Patxi López. |
Fernández
reconocía en público el fracaso del principal objetivo marcado por la Gestora, coser las heridas motivadas por el golpe de mano que terminó con la salida de Pedro Sánchez de la secretaría general. Por lo que se hacía
necesario pasar a la segunda fase. Convocar el preceptivo Congreso que a la vista del calendario fijado y de la noticia de la
presentación de la candidatura a las primarias del exlehendakari Patxi López, será un cónclave apañado.
Es así como los
mandarines socialistas piensan intentar resolver, aunque sea en falso, la
crisis más profunda vivida en sus filas a través de su larga Historia. Tratan de
cerrar la puerta a las pretensiones de Pedro
Sánchez (que tanto molestan a los poderes fácticos) y, lo que es más grave,
a las de la inmensa mayoría de los militantes y simpatizantes del PSOE.
Con el anuncio de Patxi
López y la verbalización por parte de Susana
Díaz de sus planes de lanzarse, ahora ella, a la carretera, se abre paso a
la figura de la bicefalia, manejada durante las últimas semanas y a la
posibilidad de que la presidenta de la Junta
de Andalucía cuente con una red de seguridad en el caso de que, al final,
decida saltar a Madrid.
Pero no todo es tan fácil como parece. La solución integradora que pretende la Gestora tiene variadas dificultades en
frente. La primera y más importante, la rebelión de las bases, que está en su
punto más álgido y no parece que vaya a decaer. La segunda, la sumisión del PSOE a las políticas de la derechona que encarna Mariano Rajoy, quién además, en
cualquier momento, llegado el mes de mayo, podría proceder a la convocatoria de
nuevas elecciones generales, pillando a los socialistas sin proyecto y sin
liderazgo. Ya Rajoy ha avisado en
numerosas ocasiones de que no está dispuesto a que se atraviesen una serie de
líneas rojas que pretendan desmontar las reformas implantadas por el Partido Popular en la pasada
legislatura, cuando contaba con mayoría absoluta.
Mienbros de la Gestora del PSOE. |
Pero hay más, el Comité
Federal del sábado, al menos que se sepa, no ha resuelto la cuestión
pendiente de sus relaciones con el Partido
de los Socialistas de Cataluña (PSC) cuestión esencial de cara a las
elecciones primarias y al propio Congreso del PSOE.
Sirvan estas notas tomadas a vuela pluma, para tratar de retratar la situación a la que se
enfrenta desde ahora el Partido
Socialista. Quedan incógnitas por despejar. El papel que se asignará Susana Díaz en medio de la tormenta,
pero también la decisión definitiva que tomará Pedro Sánchez, que en silencio sigue midiendo apoyos y posibles
escenarios.
Pero en cualquier caso, la Gestora del PSOE, digan lo que digan, da la impresión de que ha
dejado de intentar coser heridas,
misión imposible en las actuales circunstancias, para apañar un Congreso Federal
que proyecte ante la opinión pública una imagen de unidad, aunque sea inexistente.
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