Lo que ha sucedido el sábado día 1 de octubre en el seno del
PSOE ha sido un golpe de mano, como bien describe el periódico ‘The Guardian’. El rotativo británico
asegura que el intento de golpe de estado tenía dos objetivos "derrocar a Pedro Sánchez y romper nueve meses de
estancamiento electoral". El mismo medio, con el que coinciden otros como 'The Washington Post', señala además
que el líder socialista supo mantenerse "firme" ante la "renuncia
masiva de sus oponentes", a la vez que resalta la figura de la presidenta
de la mesa del comité federal del PSOE, Verónica
Pérez, que se había erigido como "la única autoridad que existe"
en el partido, y a la que califica de "aliada de Susana Díaz".
Una muy breve descripción del escenario, pero muy atinada,
que coincide con el pronóstico de Josep
Borrell cuando en vísperas de la asonada señalaba ante los micrófonos de la
SER que si lo que está pasando en el
PSOE es "un golpe de Estado,
está organizado por un sargento chusquero". Y efectivamente, detrás del
golpe de mano se encontraba el equipo de ninis
encabezado por Susana Díaz, que al
igual que ellos sólo basa su experiencia en la carrera orgánica y en el afán de
trincar poltronas a cualquier precio, mediante zancadillas o cabezas cortadas.
Pero además, la ínclita aprovechó para su pronunciamiento el
empeño de los poderes fácticos, entre los que se encuentran la derecha, los
lobbies económicos, distintos medios de comunicación y los intereses personales
de ciertos barones de su propio partido, para apuntillar al ya exsecretario
general, Pedro Sánchez. La señal para el levantamiento fueron las
declaraciones en la ya citada emisora de Felipe
González.
Un momento de la reunión del comité federal. |
Y comenzó el triste espectáculo para los que siempre nos
hemos sentido socialistas de corazón y para los millones de votantes del PSOE.
El pesar lo describía bien un viejo militante, Enrique Linde, que a través de un tuit señalaba con ironía “la pena es que a Verónica Pérez le ha durado poco ser la máxima autoridad en el
PSOE. Pérdida irreparable”.
Sí una pérdida irreparable que conduce a un nuevo escenario
plagado de incertidumbres, en el que habrá que despejar primero que postura se
adoptará ante la investidura de Rajoy.
Algunos de ellos insistían hoy domingo en que el ‘no es no’, aunque la decisión
tendrá que adoptarla un próximo comité federal, que revoque la postura
anterior, en un proceso que dirigirá la comisión gestora integrada, salvo
alguna excepción, por los referidos ninis.
En el resto de los partidos de izquierda se frotan las manos pensando en las
paletadas de votos que pueden recibir como herencia.
Pedro Sánchez. |
A pesar de la irresistible algarada, Pedro Sánchez, el único elegido en ‘primarias’ en la historia del PSOE,
decidió mostrar su mejor cara y, como había adelantado, presentó la dimisión ante
el cuestionamiento de su papel como secretario general y la oposición de los
críticos a que fuera la militancia la que decidiera qué posición política
adoptar ante el proceso de investidura. El PSOE, si quiere sobrevivir, tiene
que aparecer como alternativa en el seno de la izquierda o en comunión con
otros de sus elementos.
En definitiva, dolorosa despedida a Pedro Sánchez que tras pedir la unidad del conjunto de la centenaria
organización, mostró su orgullo por pertenecer a ella, así como el honor de
haber sido su secretario general. Todo un socialista.
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