La sesión de investidura a la que asistimos en el Congreso
de los Diputados ha supuesto de hecho una reválida a la corrupción que inunda
las filas del Partido Popular. La
decisión adoptada, tanto por Ciudadanos
como por el Partido Socialista, de
apoyar a Mariano Rajoy en su
investidura ha venido a ‘lavar’ ,
digan lo que digan, una de las más odiosas prácticas de los populares y que,
además, supone una de las mayores preocupaciones de los españoles, según el
CIS.
Más de uno se ha entretenido en contabilizar los casos de
corrupción que afectan al PP. Un total de 54 procedimientos judiciales, por
ahora, que “pringan” a cerca de 500
imputados, casi todos ellos relacionados con el PP. A pesar de ello, Rajoy, en su discurso de investidura,
de 40 minutos de duración, dedicó tan sólo dos minutos a tan sangriento
problema. Se despachó diciendo que “hemos aprobado numerosas medidas para
luchar contra la corrupción y promoveremos cuantas sean necesarias. No hay
impunidad”. Dando a entender que el problema está totalmente resuelto y que no
existe un solo caso de impunidad.
Mariano Rajoy. |
Frente esta actitud de Rajoy
están los que piensan que en toda Europa su célebre frase "Luis sé fuerte" y sólo teniendo en
cuenta la trama Gürtel, le habrían
costado el puesto al presidente del Gobierno. Por lo que el reproche de Antonio Hernando, portavoz del PSOE, "¿qué
tiene que ver la infalibilidad con intentar anular el juicio de la Gürtel?", no le salva ni a él, ni a
los diputados socialistas que apoyen la abstención, de revalidar las políticas
desarrolladas por Rajoy. Como ha
dicho el también socialista Jordi
Sevilla “dado que no ha sido posible un gobierno del cambio, no se puede
decir que una mayoría alternativa gobernará desde el parlamento”. Es un craso
error.
Las corrupciones del PP. |
Unas políticas que vienen avaladas por el conjunto de la derechona, como se viene demostrando a
lo largo de las últimas semanas, provocando o incitando el #golpedemano en el PSOE y que, si un milagro no lo remedia,
seguirán siendo aplicadas en el futuro, ya que Rajoy demostró en su examen de reválida que no está dispuesto
a cambiar.
Para ello, Mariano
Rajoy, en su discurso de investidura no tuvo ningún empacho en mentir para
sostener sus tesis. Dijo que España es el país que más empleo crea, cuando es
el número 14 de Europa según los datos de Eurostat. También mintió cuando dijo
que “España es fiable y eso se traduce en los intereses que paga nuestra deuda”,
cuando en realidad la prima de riesgo de España se reducido gracias a la compra
de deuda por parte del Banco Central Europeo.
También es mentira la afirmación de que los “españoles han
mostrado en dos ocasiones, tanto en diciembre como en junio, su clara
preferencia por el Partido Popular”. La realidad es que los votantes se
inclinaron por el Partido Popular como la minoría más votada. Tampoco es
verdad, lo que dijo Rajoy, respecto
a lo razonable que es en una democracia consolidada gobierne la fuerza política
que tenga más apoyos entre los ciudadanos. Cuando solo en 4 de los 28 países
europeos gobierna un solo partido. Y en cinco de ellos –Dinamarca, Bélgica,
Luxemburgo, Letonia y Portugal– el primer ministro o presidente no es el
candidato del partido más votado.
Y así hasta una media docena de mentiras, o medias verdades,
relacionadas con la Educación, la corrupción, o su apuesta por el diálogo, que
demuestran que Rajoy sigue siendo el mismo presidente mentiroso y manchado por
la corrupción, como proclamaba mi colega Ignacio
Escolar desde las páginas de eldiario.es.
Toda esta serie de argumentos me llevan a concluir que Antonio Hernando, ahora mismo la voz
del PSOE o de una parte de los mandarines
socialistas, se ha contagiado de Mariano
Rajoy y no dice la verdad cuando ha afirmado desde la tribuna del Congreso que
"los ciudadanos son nuestra fuerza y nuestro destino". Habrá que
verlo en los próximos días.
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