Asistiendo en directo al acto organizado por el PSOE de Andalucía en Jaén para conmemorar el décimo
aniversario de la aprobación de la llamada ley de Dependencia, un mitin
nucleado en torno a las figuras de Susana
Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero,
confirmé la impresión, que me embarga desde meses atrás, de que lo que estaba
viendo en el Instituto Ferial de Jaén
(IFEJA) no se correspondía con la realidad. Me explico.
Los mensajes allí lanzados podrían ser suscritos por
cualquier ciudadano con el corazón situado a la izquierda, pero que
desconociera los acontecimientos que se han ido sucediendo en el escenario
político de España, y más concretamente en el seno del PSOE. No voy a desgranar aquí las proclamas lanzadas por ambos
políticos, ya que lo hizo muy bien en su crónica para El Confidencial la compañera Isabel Morillo, pero sí poner de
manifiesto que lo que allí se escuchó se aleja bastante de la realidad.
Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero en Jaén. |
La imagen de Susana
Díaz se viene deteriorando día a día, a pesar del esfuerzo del enorme aparato que la rodea, desde que encabezó
la rebelión contra Pedro Sánchez en
el seno del Comité Federal del PSOE
celebrado los días 1 y 2 de octubre. Ese golpe de mano, como lo han denominado
sus mismos protagonistas, puso de relieve la ligazón de la baronesa andaluza con la élite mediática, empresarial y financiera
de España. En definitiva con la derechona de siempre.
Posteriormente, la posición de Díaz favorable a la abstención ante la investidura de Mariano Rajoy, cuyas políticas han empobrecido
a la gran clase media del país, suscitó un auténtico mazazo para su prestigio
político y personal, que ha ocasionado un descrédito generalizado entre los
ciudadanos. Es suficiente mirar las encuestas.
Además, y no es moco de pavo, Susana Díaz se debe enfrentar a la inmensa mayoría de la
militancia, que es la que decide, y que apoyen, o no, a Pedro Sánchez, claman por la inmediata celebración de un Congreso Extraordinario y de elecciones
primarias a la secretaría general.
Con el agravante de que en estos días se propaga desde medios próximos a la Gestora del PSOE, en plan globo sonda,
la posibilidad de que las citadas primarias
no se celebren o que fuesen convenientemente cocinadas.
Pero hay más, las hemerotecas son tozudas, y repasando la
prensa se puede constatar que en Andalucía
convocatoria tras convocatoria electoral, el PSOE ha ido perdiendo votos paulatinamente. Da igual las
elecciones, autonómicas, generales, o europeas, el PSOE de Andalucía ha seguido perdiendo votos en una sangría particular.
¿Es entonces Susana Díaz la cabeza
de cartel indicada para devolver al PSOE
al Gobierno de España? La
respuesta parece sencilla.
En el acto de Jaén,
Susana Díaz se hizo acompañar del
expresidente del Gobierno Rodríguez
Zapatero, quien hasta la fecha permanecía en el ostracismo político. Mala
percha la que eligió el susanismo para
su presunto baño de masas (compuestas, en gran medida, por el Gobierno andaluz en pleno, cargos
públicos u orgánicos y muchos estómagos agradecidos). Zapatero estuvo brillante en su intervención, confesó que había
perdido la timidez, pero no consiguió hacer olvidar su papel ante la crisis
económica que le sacó del Gobierno de
España, no vio venir o negó hasta el final la existencia de la crisis, ni
tampoco la reforma express de la Constitución realizada para plegarse a
las exigencias de Bruselas.
Acto del PSOE en Jaén. |
Unos hechos que ahora vienen a cuento a raíz de la puesta en
marcha de la denominada Gran Coalición
entre PP y PSOE, que negocia la Gestora
socialista, que incluye la reforma constitucional y que contribuye a
enervar, aún más, el estado de ánimo de la militancia y votantes socialistas
por la falta de legitimidad de los interlocutores del PSOE para negociar nada.
Esta simple relación de hechos pone de manifiesto el abismo
existente en el seno del PSOE, entre la cruda realidad y las componendas de
unos cuantos que pretenden aupar a Susana
Díaz a un liderazgo que representa todo lo contrario a lo que expresa el
electorado de izquierdas desde el 15M.
Una lideresa hecha a la imagen y
semejanza de las élites y que persigue llevar al partido de izquierdas más
importante de la historia democrática de España
a un limbo ideológico más cercano a las tesis socialdemócratas alemanas y
griegas que a la socialdemocracia que defienden los socialistas portugueses o
los laboristas británicos.
Ahora, la pregunta obligada es ¿por qué no se convoca el Congreso ya para devolver al PSOE a la normalidad democrática y al
trabajo real para tratar de ganar elecciones? Pues la razón es muy simple, a Susana Díaz no le salen los números.
Aquí habría que inscribir la reciente reunión secreta de los responsables de
Organización de las federaciones afines al susanismo
para calibrar si la sultana del
sur está en condiciones de dar un paso adelante. Creo que no.
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