Sahra Wagenknecht que ha sido descrita como una destacada política de izquierdas, fue miembro de Die Linken y sus predecesores, como el Partido del Socialismo Democrático y el Partido Socialista Unificado de Alemania; sus posiciones políticas generalmente se identifican como populistas de izquierda.
En lo que respecta a la trayectoria política de su formación, en las elecciones estatales de 2024 en Brandeburgo, Sajonia y Turingia, la alianza de Sahra Wagenknecht, logró resultados significativos que superaron las expectativas iniciales.
En Brandeburgo, el BSW se posicionó en tercer lugar con el 12,48% de los votos, consolidándose como un actor clave para las negociaciones de gobierno. Aunque no superó a los principales contendientes, SPD y AfD, su presencia en el parlamento es esencial, ya que ni el SPD (30,89%) ni la AfD (29,2%) cuentan con mayoría absoluta. En el caso del SPD, la formación de gobierno requeriría un pacto con el BSW, ya que los partidos de la gran coalición (SPD y CDU) no lograron alcanzar la mayoría absoluta. Dado que no había suficientes partidos adicionales en la cámara estatal para sumar escaños suficientes, la única coalición viable era entre los socialdemócratas del SPD y el BSW.
En Sajonia, el BSW también obtuvo una tercera posición con el 11,4% de los votos, detrás de la CDU (31,7%) y AfD (31,4%).[32] En este estado, donde la CDU logró retener una ajustada ventaja frente a la AfD, la formación de Wagenknecht se consolidó como una fuerza importante en el parlamento, ya que la coalición anterior que sostenía el gobierno (formada por la CDU, SPD y la Alianza de los Verdes) no logró alcanzar la mayoría parlamentaria. Por esta razón, la BSW se convirtió en un factor clave en las negociaciones, ya que una posible coalición entre la CDU, BSW y SPD o CDU, BSW y Los Verdes permitía alcanzar la mayoría necesaria para gobernar.
En Turingia, el BSW consiguió un resultado aún más destacado, alcanzando el 15,4%, lo que lo posicionó también en tercer lugar, pero con una mayor relevancia política debido al debilitamiento de otros partidos tradicionales como Die Linke y el SPD. AfD ganó las elecciones con un histórico 33,2%, y la CDU quedó en segundo lugar con el 23,9%. También fue clave para la formación de un gobierno, ya que sus votos eran indispensables para alcanzar la mayoría. La suma de CDU y SPD no era suficiente para formar una coalición mayoritaria, y aunque se incluyera a Die Linke, tampoco se lograba superar el umbral necesario. Los votos del BSW eran esenciales, pero también lo eran los de Die Linke, ya que la suma de CDU, BSW y SPD quedaba a un escaño de la mayoría. Por ello, la única opción viable para investir un presidente fue una coalición inédita en la historia de Alemania, que implicaba la colaboración entre CDU (demócrata-cristianos), SPD (socialdemócratas), Die Linke (postcomunistas) y BSW (populistas de izquierdas). Esta combinación nunca se había llevado a cabo antes, debido a las profundas diferencias ideológicas entre estos partidos. En todos estos estados la BSW entró a formar parte de los correspondiente ejecutivos con varias carteras ministeriales.
Por otra parte, para la BSW las ultimas legislativas representaban un gran reto, ya que eran las primeras elecciones federales a las que se presentaban como una formación política de pleno derecho. Las encuestas les otorgaban entre un 4 % y un 8 % de los votos, lo que suponía un riesgo significativo de quedarse por debajo del umbral electoral del 5 %, como así sucedió tras el escrutinio final.
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