Estamos ya en vísperas de las elecciones gallegas y vascas,
una cita con las urnas que tendrá lugar el próximo domingo día 25 de
septiembre. Unos comicios que podrían suponer un antes y un después en el actual
y complicado panorama político estatal, ya que la fecha se marca como punto de
inflexión en el proceso constitucional que debe conducir a la formación del
nuevo Gobierno de España, después de que el actual lleve en funciones casi ya
un año, exactamente desde el pasado 26 de octubre.
Pero este destacado punto en el horizonte no debe hacer
perder de vista la importancia que tendrán por sí mismos los comicios
autonómicos en Galicia y Euskadi. Al margen de lo que señalan las encuestas,
una posible mayoría absoluta del PP en las provincias gallegas y una apretada
victoria del PNV en el País Vasco, la voz estará una vez más en los ciudadanos
que serán los encargados de marcar el color político de sus instituciones.
A la vez, los mismos ciudadanos serán los que manifiesten su
implicación en las políticas económicas, sociales o culturales, o el hartazgo
que muchos pregonan ante el incierto panorama político que sufrimos desde hace
ya mucho tiempo.
Por ello, se hace necesario invitar a todos a la
participación masiva en esta nueva cita con las urnas, ya que de esta forma se
pondrá una de las principales herramientas para luchar contra la agobiante
desesperanza que atenaza a una buena parte del conjunto social de los
españoles.
Creo que vascos y gallegos tienen la obligación de ir a
votar el próximo domingo.
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