El alcalde de Málaga,
el popular Francisco de la Torre, le
acaba de hacer la pirula a su
compañero de Corporación, el presidente de los populares malagueños y además presidente
de la Diputación Provincial, Elías Bendodo. La jugarreta ha consistido
en que Bendodo, tras postularse,
casi veladamente, para suceder al alcalde, una vez que el regidor hubiese
mostrado su decisión de no volver a concurrir en 2019 para encabezar la
candidatura del PP, se ha quedado de
piedra tras conocer la salida por peteneras
de De la Torre, que ha anunciado a
bombo y platillo que “meditará” si vuelve a presentarse a las elecciones
municipales.
Cuando se convoquen los próximos comicios municipales, De la Torre estará cerca de cumplir los
77 años y llevaría 19 al frente de la Alcaldía. Una situación que sobrepasa la
simple anécdota si se tiene en cuenta que la primera autoridad de la capital de
la Costa del Sol dirige la ciudad
más grande de España de las que
gobierna el PP tras las elecciones
del 24 de mayo de 2015, aunque en esa ocasión, después de gozar de sobradas
mayorías absolutas, necesitó del concurso de Ciudadanos para hacerse con el bastón de mando. Tras la pérdida por
parte de los populares de importantes alcaldías como Madrid, Valencia, Sevilla o Barcelona, la de Málaga
pasó a ser no únicamente el mayor espejo municipal del PP en Andalucía, sino
también en el mapa político local de España.
De la Torre y Bendodo. |
Pero esta historia tiene más mandanga de lo que parece a primera vista. Desde el año 2014 la
prensa local ha venido especulando con la sucesión de Francisco De la Torre y han sido muchos los delfines que se le han adjudicado, que además siempre han
desaparecido del mapa como si estuvieran sometidos a una auténtica maldición. Fue el caso del concejal de
Urbanismo Manuel Díaz, al que se
relacionó con el llamado ‘caso Piscinas’,
que el juez archivó al entender que no existía cohecho. Pero su implicación
llevó al regidor a no incluirlo en las listas del PP.
También se puede citar a la exconcejala Carolina España, auténtica sombra y gran valedora de De la Torre, quien de la noche a la
mañana saltó a la política nacional, ahora es diputada al Congreso, entre la sorpresa de todos y sin que mediara ninguna explicación
razonable. También está, entre otros, el caso de Damián Caneda, que según las crónicas de entonces pegó un portazo y
renunció a su acta municipal tras comprobar que no sería el candidato a la
Alcaldía.
Ahora vivimos un episodio similar con Elías Bendodo, señalado por casi todos como el sucesor natural de De la Torre. Un hombre muy ligado a Juan Manuel Moreno Bonilla, bien
relacionado con Génova y que él mismo dice mantener una estrecha relación de
colaboración con el veterano alcalde malagueño.
Todo empezó el pasado mes de diciembre cuando la esposa del
regidor, Rosa Francia, en declaraciones
a COPE Málaga señaló “A mí me ha dicho claramente que no tiene ninguna
intención de presentarse”. Para a renglón seguido, añadir “no digo que no vaya
a repetir, digo que a mí me ha reconocido que en sus proyectos no está repetir”.
Unas declaraciones que sentaron más que mal a Francisco de la Torre.
Aunque a partir de ese momento, Elías Bendodo incrementó de manera notable su agenda de actos
públicos junto al alcalde, con el que viene apareciendo en numerosas actos.
Hasta que el pasado día 6 de marzo, en una entrevista realizada por un panel de
periodistas en la Cadena SER el presidente provincial del Partido Popular y de la Diputación
de Málaga, Elías Bendodo, fue más lejos de lo habitual sobre su futuro
político y afirmó estar “convencido” de que contaba con "el aval" de Francisco de la Torre en caso de
postularse finalmente como candidato a la alcaldía de Málaga para las elecciones municipales de 2019, al igual que De la Torre, dijo, también cuenta con
su aval. Un aval, el del regidor, que Bendodo
consideró "imprescindible" para la persona que vaya a encabezar la
candidatura a las municipales, porque la mejor campaña será, afirmó, la de
“poner en valor la gestión de De la
Torre y tiene que ser en sintonía con él”.
Además, Bendodo
dejó claro que estaba a disposición de lo que decida el partido y los
militantes y se cerró otras puertas, como repetir en la Diputación o marcharse a la política regional. El líder del PP
malagueño dejó también claro que tenía la "certeza" de que De la Torre no volvería a presentarse a
las municipales, una posibilidad que consideró totalmente cerrada, e insistió
en que tiene que ser el regidor el que decidiese si abandona antes, o después,
la Alcaldía para facilitar el relevo.
Aunque al día siguiente, a pesar de las reiteradas preguntas
a De la Torre de los periodistas,
sobre si Bendodo contaba con ese
aval, el regidor no quiso pronunciar esas palabras y se limitó a decir que no
le correspondía a él poner al candidato. “No soy quién para designar quien deba
ser alcalde en un futuro”, dijo De la
Torre, al tiempo que insistió en que se mantendría los cuatro años de su
mandato al frente del Ayuntamiento de Málaga.
Y como se veía venir, entre los que conocemos de hace años
al alcalde De la Torre, el jueves
día 9, pegaba el zapatazo diciendo que
“meditará” si vuelve a presentarse a las elecciones municipales de 2019,
poniendo de justificación que muchos malagueños se lo habían pedido. “Yo he
dicho lo que he dicho hasta ahora, es verdad que mucha gente me ha dicho que lo
vuelva a pensar, que lo medite y yo lo meditaré, pero hasta ahora, lo que he
dicho es lo que vale”.
En definitiva, la sucesión de Francisco dela Torre sigue en el aire, Elías Bendodo ha quedado en evidencia y el Partido Popular, en Málaga,
Andalucía y en España tiene un problema, que conociendo el escenario y a sus
actores no será moco de pavo.
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