Se quiera, o no, la hoja
de ruta del Susanismo tendrá una
importancia fundamental para analizar el panorama político más próximo. Haga lo
que haga Susana Díaz, presidenta de
la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, estará en el ojo del huracán, ya que sus decisiones
determinarán el devenir, no sólo de Andalucía,
sino del conjunto de España.
Por mucho que disimule el Susanismo, parece que ya, por fin, han sido capaces de diseñar una hoja de ruta, una vez que creen superado
el periodo de turbulencias que condujo al golpe de mano que defenestró a Pedro Sánchez de la secretaría general
federal, y que, como ha quedado demostrado, tuvo en Su Susanísima a su máxima mentora.
Una hoja de ruta
que tendría como objetivo final el asalto al poder en el PSOE de la ínclita, que
ya ha medido los apoyos con los que podría contar para esta tarea, que no está
exenta de nubarrones que podrían oscurecer el camino para lograr sus
aspiraciones.
Chaves, González, Díaz y Griñán. |
Susana Díaz ya ha
comenzado a prodigarse en los medios de comunicación pero, hasta el momento,
sin desvelar sus intenciones, que por otro lado parecen claras. Para ello se ha
pertrechado de eslóganes, palabras huecas y lugares comunes, como parte de una
estrategia que busca ganar tiempo.
El próximo golpe de efecto llegará el próximo jueves día 17
cuando el expresidente Felipe González
desembarque en Sevilla para
participar en un foro coloquio del Grupo
Joly, en el que coincidirá casualmente con Díaz y en el que se espera que se desvelen algunas de las claves de
la citada hoja de ruta.
Sin embargo, a pesar de la legión de apparátchiks que se emplea a fondo durante estas fechas en las
redes sociales, para tratar de empañar la contestación interna, son
innumerables los militantes que se enfrentan a cara de perro con las tesis del Susanismo, y no sólo en el mundo virtual,
sino también en el real.
No hay que irse muy lejos. En Sevilla, al igual que en Málaga,
y el resto de provincias andaluzas, son muy numerosos los militantes que siguen
clamando, y parece que no se cansarán, para que la comisión gestora del PSOE convoque, sin dilación, un Congreso Federal extraordinario y unas primarias que pongan fin al gobierno de
interinidad del partido y frene la brecha abierta en la organización.
Pero además, el Susanismo
tendrá que lidiar con los aconteceres de la vida política cotidiana, entre
ellos la discusión de los Presupuestos
Generales del Estado, y la interminable mancha de aceite de la corrupción, que empieza a salpicar a algunos
de los nuevos ministros y a un buen puñado de los altos cargos debutantes.
Por otra parte, las cosas también se le complican a la
presidenta andaluza en el nivel referente a su gestión política en la Junta de Andalucía, con el llamado Caso Asisa, por el que toda la oposición
pide explicaciones, que a primera vista huele bastante mal, y que podría tener
ramificaciones en un pasado no muy lejano.
Para añadir más leña al fuego, en el horizonte se otean los
problemas que para los objetivos de Su
Susanísima supondrá la celebración de la vista oral del procedimiento
judicial en el que, entre otros muchos, han sido encausados Manuel Chaves y José Griñán, pendiente de que la Audiencia de Sevilla marque la
fecha de su inicio.
Mientras tanto, la ciudadanía asiste al espectáculo, con
ganas de participación y con la conciencia cada vez más crítica con todo lo que
les rodea, según advierten las denostadas encuestas. Parece que los intentos de
instalar la adormidera colectiva, mediante lunas
llenas, cocineros superstar y operaciones triunfo, que,
vergonzantemente, ocupan lugares estelares incluso en los Telediarios, no
parecen surtir efecto. El tiro les va a salir por la culata.
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