RAMÓN TRIVIÑO
Convocada por la plataforma ‘Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid’, que reúne a más de cien asociaciones vecinales, plataformas y entidades, una manifestación de cerca de 30.000 personas, según la delegación del Gobierno, 200.000 según los convocantes, marcharon el domingo día 25 por el corazón de Madrid para demandar una Sanidad Pública universal y de calidad. Los manifestantes querían mostrar la realidad de un sistema de salud que la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, se empeña en negar a pesar de que los datos ponen en cuestión su gestión en materia sanitaria.
La Comunidad de Madrid es una de las regiones que menos invierte en sanidad pública en comparación con otras comunidades autónomas de España. Los datos son elocuentes, el gasto sanitario por habitante en Madrid está entre las comunidades con menor inversión per cápita en sanidad pública. En 2023, su gasto fue de aproximadamente 1.500-1.600 euros por persona, muy por debajo de la media nacional, alrededor de 1.800-1.900 euros. Sólo algunas regiones como Andalucía o Murcia tienen niveles similares o ligeramente inferiores, mientras que comunidades como el País Vasco, Extremadura o Asturias superan los 2.000 euros por habitante.
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Manifestación en su llegada a Cibeles. |
Madrid destina alrededor del 5,5 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) a sanidad pública, frente al 6,5 por ciento de media en España. Esto se debe en parte a su alto PIB, pero también a una apuesta por la externalización y la sanidad privada. En este sentido hay que señalar que Madrid es la comunidad en la que tiene un mayor peso de la sanidad privada, más del 30 por ciento del gasto sanitario total, lo que reduce la presión sobre la pública. Entre las causas posibles de la situación, se pueden citar la mayor externalización de servicios, por ejemplo, limpieza o laboratorios y colaboración con hospitales privados como el Hospital de Valdemoro de participación pública/privada (PPP).
En
cualquier caso, la radiografía del Sistema Público de Salud pone
en evidencia los recortes históricos que se llevaron a cabo durante
la crisis económica y en años más recientes. Madrid ha
aplicado recortes más profundos que otras regiones. Sindicatos y
profesionales sanitarios denuncian de forma permanente la falta de
personal, las largas listas de espera y la saturación en centros de
salud. Sin olvidar que la pandemia puso en evidencia la falta de
recursos, especialmente en primaria y urgencias.
Personal
sanitario
En la Comunidad de Madrid, la situación
laboral de los sanitariostiene una alta tasa de temporalidad y
precariedad en comparación con otras comunidades autónomas. El
número total de sanitarios en Madrid (2023-2024) era, según
el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y el Instituto
Nacional de Estadística (INE), el siguiente: alrededor de
20.000 médicos entre atención primaria y hospitalaria; el personal
de enfermería se elevaba a cerca de 30.000; mientras que otros
profesionales, como auxiliares o técnicos, alcanzaban los 25.000. En
total, entre 75.000-80.000 sanitarios trabajan en el sistema
público.
Según datos del período 2023-2024, Madrid tiene una de las tasas más bajas de contratación fija en sanidad pública. Sólo alrededor del 40-50 por ciento de los médicos tienen plaza fija (el resto son interinos o eventuales); en enfermería esta cifra se sitúa aproximadamente entre el 45-55 por ciento con contrato fijo; mientras que entre los auxiliares y técnicos, menos del 40 por ciento son fijos.
Hay que resaltar que en el País Vasco, Navarra o Castilla y León superan el 70-80 por ciento de personal fijo. Madrid está a la cola en estabilidad laboral, junto a Andalucía y Canarias. Las causas de la alta temporalidad hay que buscarlas en la falta de ofertas de empleo público ya que entre 2015-2022, Madrid convocó muy pocas plazas fijas, mientras que muchos sanitarios llevan 10-20 años como interinos sin consolidar su plaza, a lo que hay que añadir que las empresas privadas que gestionan servicios externalizados lo hacen mediante contratos temporales. Lo que da como fruto la inestabilidad laboral por la rotación constante de personal; protestas sanitarias con huelgas frecuentes por la precariedad; además de la dificultad para retener talento, ya que muchos profesionales emigran a otras CCAA o al sector privado.
Todos los datos expuestos llevan a la conclusión de que se camina hacia desmantelamiento de lo público, argumento que desde el gobierno de Díaz Ayuso rebaten defendiendo “la innovación para mejorar la eficiencia", además dicen priorizar la inversión en infraestructuras sobre contratación masiva de personal, postulado que es criticado por sindicatos, organizaciones y expertos que señalan que la "eficiencia" se logra a costa de la saturación de profesionales, más pacientes por sanitario, y la precariedad laboral, no hay que olvidar que la temporalidad en Madrid es del 40 por ciento frente al 20 por ciento en País Vasco.
En definitiva, el ejecutivo madrileño defiende que su modelo es "más inteligente, no más caro", priorizando tecnología y gestión privada. Sus críticos argumentan que esto debilita lo público y precariza a los profesionales. No hay que olvidar que los tiempos de espera en atención primaria en la Comunidad de Madrid es un tema recurrentemente denunciado por profesionales y pacientes. Los tiempos de espera para consulta en Atención Primaria (2023-2024) eran, según el Observatorio de Resultados del SERMAS (Servicio Madrileño de Salud) y las denuncias formalizadas por los sindicatos para consulta con médico de familia, de entre 10-15 días (puede superar 20 días en zonas saturadas como Madrid capital o Alcalá de Henares; en pediatría entre 7 y 12 días (en algunos centros, hasta 15) y en enfermería, menos afectada, entre 3-7 días. Tampoco hay que desdeñar el dato facilitado por Comisiones Obreras (CCOO) que habla de los 32 Centros de Salud cerrados entre 2012-2023, junto a la reducción de cupos. Algunos médicos atienden 60-70 pacientes/día, frente a 30-40 en otras comunidades. Los datos confirman que la atención primaria en Madrid está entre las más saturadas de España, con tiempos de espera muy por encima de la media. Aunque el gobierno regional atribuye el problema a la "presión demográfica", sindicatos y pacientes señalan la falta de inversión y personal como causas estructurales.
El dato del 34.5 por ciento de temporalidad en Madrid (2022) es oficial y refleja un problema estructural. Aunque el gobierno regional ha iniciado medidas para reducirlo, sindicatos y expertos consideran insuficientes los avances. La media nacional (20%) muestra que Madrid está entre las peores CCAA, sólo por detrás de Andalucía y Murcia, además, España lidera la temporalidad en la Unión Europea que tiene una tasa media del 10 por ciento.
Lo que los datos ponen en evidencia es que los gestores de la sanidad en Madrid recortan en lo público para favorecer a lo privado. Argumento que es contrapuesto por el ejecutivo de Ayuso que mantiene que “optimizamos recursos con gestión eficiente", una posición que desde la oposición califican de "precarización deliberada" y que no dan crédito cuando los gerifaltes de la gestión sanitaria aseguran que “heredamos un sistema rígido y lo reformamos", como sino llevaran varias décadas gestionando la salud de los madrileños.
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