Dicen los gurús de
las políticas económicas que la crisis en España
ha amainado. En estos días se han
hecho públicos diversos informes de situación, a nivel europeo, nacional y
regional, que en alguna medida avalan la afirmación anterior, pero que ponen de
manifiesto un problema mucho más grave que la propia crisis. En España, cada día que pasa, hay más
pobres.
El referente elegido por Eurostat para calcular la pobreza se basa en la tasa de riesgo de
pobreza o de exclusión social. Esta estadística contabiliza las personas que
cumplen al menos una de estas tres condiciones, tener ingresos bajos, vivir en
hogares donde escasea el empleo, o sufrir privaciones materiales severas.
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En España cada día hay más pobres. |
La primera condición, es una forma de pobreza relativa, que
incluye a personas con ingresos familiares por debajo del 60 por ciento de la
mediana de la población. La segunda señala a los hogares donde falta empleo,
porque sus miembros que están en edad de trabajar pasan temporadas desempleadas,
o con media jornada.
Y la tercera condición, la más grave, es la que incorpora a
las personas que, con independencia de sus ingresos, sufren privaciones como no
tener electrodomésticos básicos, no poder comprar carne, o tener dificultades
para pagar los recibos mensuales, o el alquiler de su vivienda.
Estos parámetros arrojan unos datos que se pueden considerar
demoledores. En total un 29 por ciento, más de la cuarta parte de los
ciudadanos en España, están en riesgo de pobreza o exclusión social. Un 22 por
ciento tiene ingresos bajos, un 12 por ciento poco trabajo y un 6,5 por ciento
sufre privaciones.
En el informe presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) esta pasada semana se puede leer
que “España disfruta de una sólida
recuperación económica”. Pero en la misma página también dice que “el desempleo
sigue situándose en niveles muy altos”. Y prosigue señalando que, “la pobreza también ha aumentado, debido
principalmente a la falta de empleo de calidad que proporcione suficientes
horas de trabajo y unos ingresos adecuados”. Para remediarlo, la organización
europea reclama medidas contra la pobreza y esfuerzos para subir la
productividad.
En el Informe sobre
el Estado Social de la Nación 2017, elaborado por la Asociación de
Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, se advierte de una "extensión
y persistencia" de la pobreza, precariedad, exclusión e incremento de
desigualdades en la sociedad española. Como respuesta se propone derogar la
Reforma Laboral para acabar con la precariedad; una renta mínima; atender a las
340.000 personas dependientes que no reciben atención, y el rescate de los
parados de más de dos años.
En este mismo estudio se resalta que la pobreza se ha
instalado en la sociedad española, afectando a personas y familias que cada vez
ven más difícil salir de su situación, al tiempo que alerta de la dificultad de
las nuevas generaciones que nacen en un ámbito empobrecido de salir de esta
situación a lo largo de su vida.
Hay datos escalofriantes. Casi 700.000 hogares, es
decir, 1,3 millones de personas, no
tienen ahora mismo ningún ingreso en España.
El coordinador y redactor del citado informe, Gustavo García Herrero, mantiene que el precio de la recuperación
es que ha "dejado sin futuro a la inmensa mayoría de la población
española" que tiene que conformarse con "sobrevivir" y no puede
hacer proyectos vitales. Un auténtico drama.
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Casi 700.000 hogares no tienen ningún ingreso en España. |
Los estudiosos se empeñan en deslindar la situación de
exclusión social, de la pobreza. Una separación tan sutil, que permite afirmar
que en estos momentos hay más de 8 millones de trabajadores que viven bajo el
umbral de la pobreza, pero que no están excluidos. Aunque aquí, habría que introducir
un nuevo factor a tener en cuenta, la soledad, como la nueva forma de exclusión
social, que lleva a muchas personas mayores a vivir en situaciones de auténtico
drama.
Todo esto, además, con el riesgo palpable de caer en un
proceso de espiral acelerada hacia la exclusión en los próximos años si no se
toman medidas para evitarlo. La exclusión y la situación de los jóvenes sin
futuro se pueden convertir en una bomba de relojería. Los datos de Eurostat
avalan las tesis de la OCDE. España, es el tercer país de la UE en el que más subió la pobreza en la
crisis, sólo por detrás de Lituania
y Rumanía y delante de Estonia.
No quiero terminar de hacer esta dramática radiografía de la
situación de la pobreza sin anotar los datos ofrecidos por el informe de la Red de Atención a las Personas Sin Hogar de
Barcelona que concluye que los nuevos ‘sin techo’, tienen trabajo pero no
tienen hogar. Por lo que trabajar ya no supone salir de la pobreza, ni de la
más extrema. La pobreza ya es crónica y se extiende por la sociedad española.
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