El periodo de elecciones primarias
que se vive en el seno del Partido
Socialista (PSOE) no sólo está
marcado por la ilusión, la alegría o la esperanza por un cambio radical en el
seno de la centenaria organización que fundase Pablo Iglesias Posse, sino también por la presencia de presiones y
miedo, armas con las que el aparato
intenta que el citado proceso electoral no se celebre en condiciones totalmente
democráticas.
El Confidencial
Andaluz publicaba el pasado sábado 22 de abril el relato en primera persona
de una militante del Almería, Conchi
Ruiz Alonso, sobre las dificultades encontradas para avalar a Pedro Sánchez, bajo el título “El día que avalé a Pedro Sánchez en Almería”.
La historia ahí narrada es sólo un botón de muestra de lo que se está viviendo
en el PSOE, pero sobre todo en el PSOE de Andalucía, donde la baronesa del Sur, Susana Díaz, utiliza todos los medios a su alcance para imponerse
sobre el resto de los candidatos.
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Constitución del grupo de apoyo a Pedro Sánchez en Antequera (Málaga). |
Los susanistas
pretenden dar un primer gran golpe de efecto presentando el 4 de mayo muchos
más avales que los otros contendientes. Para ello han movilizado a los aparatos provinciales, que en el caso de
Andalucía, controlan el conjunto de
las ocho provincias de la comunidad autónoma. Alcaldes, concejales, cargos de
la Junta de Andalucía y cientos de militantes están recibiendo llamadas
telefónicas indicándoles la conveniencia de avalar a Susana Díaz. Algunos de los recados
los realiza personalmente la candidata Díaz.
Recorriendo la geografía andaluza se puede palpar el miedo
que se ha apoderado de una parte de la organización. Alcaldes que piden a sus
compañeros que avalen a Susana Díaz,
y que luego, cuando llegue el 21 de mayo, voten por quien les venga en gana. El
voto es secreto y en urna. Un militante, un voto. Puede que entonces salga a
flote el olor del puchero que se
intenta cocinar, cuando el número de avales no coincida con el sentido de los
votos emitidos.
Las presiones han llevado a expresar a algún regidor de la
provincia de Málaga su temor a que su municipio pueda caer en desgracia sino se
avala a Susana Díaz de forma
mayoritaria. “Podemos llegar a perder numerosas subvenciones”, explicaba el
citado alcalde, que pedía a los suyos “votar lo que queráis, pero, por favor,
no os mováis”.
Está más claro que el agua que en Andalucía, no es fácil estar en frente de las huestes de Su Susanísima. Otro ejemplo, está en Cártama (Málaga), donde su alcalde Jorge Gallardo, declarado pedrista, está viendo como los fieles
Heredia y Conejo están haciendo lo imposible para derribarlo de la secretaría
general del PSOE local. Tampoco es
fácil tener que enfrentarse al acoso de los susanistas,
muchos estómagos agradecidos, que van puerta a puerta, censo en mano, pidiendo
el aval para Susana Díaz, como, por
ejemplo está ocurriendo en Antequera (Málaga).
Pero el movimiento de los críticos, que luchan con fuerza por el proyecto que encabeza Pedro Sánchez, no parece amilanarse
ante las múltiples presiones, que lógicamente hacen más mella en las
poblaciones con menor número de habitantes.
En Málaga se configuró una Plataforma de Apoyo a Pedro Sánchez, que a su vez ha constituido
cerca de 40 grupos de apoyo en distintas localidades de la provincia, sobre
todo en las más importantes.
Desde este frente, consta que se va haciendo un buen trabajo
en la recogida de avales. En fuentes de la citada Plataforma no se quiere desvelar cuál es el objetivo, pero ya
existe constancia de que, a pesar de todo, Sánchez
suma cada jornada más avales. Así son los casos, contrastados, de la Serranía de Ronda, de las comarcas de Antequera o de la Axarquía, o de algunos municipios, como Archidona, donde los sanchistas
ganan en avales a Susana Díaz.
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