Es una evidencia indiscutible que Susana Díaz ha mantenido el 20 por ciento como mínimo de firmas o
avales, para poder presentarse a las elecciones primarias en el PSOE de
Andalucía, lo que traducido a la cruda realidad significa que ha puesto palos en las ruedas para que no surjan
candidaturas ajenas al aparato susanista.
Este hecho se pone más de relieve tras la noticia difundida
este pasado fin de semana que hacía referencia
a la preocupación existente en Ferraz
ante la posibilidad de que no puedan celebrarse primarias en el conjunto de las ocho provincias andaluzas, donde ya
han proclamado su intención de concurrir a las citadas elecciones internas
precandidatos próximos al sanchismo.
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Pedro Sánchez. |
La mayoría de los militantes que han anunciado su intención
de aspirar a optar a las diferentes secretarías provinciales del PSOE de Andalucía se trata de personas,
ajenas a las tesis de Su Susanísima,
que tienen su vida laboral, de la que viven, y que por lo tanto, no disponen de
ninguna prebenda oficial y carecen del tiempo y de los recursos para tratar de
obtener el 20 por ciento de los avales.
Pero la responsabilidad de lo que ahora sucede en Andalucía, donde ya ha comenzado la
carrera para la recogida de avales, es, en este caso, en buena medida de Pedro Sánchez y su equipo. Ya que en el
pasado 39 Congreso Federal dejó una
puerta abierta a esta posibilidad.
Y me explico. En el citado Congreso se aprobó una nueva normativa que rebajaba al 3 por ciento
el mínimo de avales exigidos para concurrir a las primarias provinciales, pero al mismo tiempo se daba luz verde a
una disposición transitoria que durante el resto del año 2017 permitía la
posibilidad de regirse por la reglamentación anterior. A la que se agarró, como
un clavo ardiendo, la dirección del PSOE
de Andalucía.
Para justificarse, el secretario de Organización del PSOE
andaluz, Juan Cornejo, aseguró que
para aplicar la norma del 3 por ciento de avales era preciso disponer de un
nuevo reglamento, aprobado por el Comité
Federal, que desarrolle las novedades introducidas en el último Congreso. Ya que en su opinión, lo
contrario equivaldría a cambiar las normas en mitad del partido. Y se quedó tan
pancho.
Pero más llamativas aún han sido las declaraciones
realizadas hoy por Susana Díaz en
las que dijo, para defender la cifra del 20 por ciento en los congresos
provinciales, que así el proceso “tendrá más garantías”. Es para hacérselo
mirar.
En medio de este cotarro, levantó la voz el expresidente de
la Diputación de Málaga y
exsecretario general del PSOE de Málaga,
Juan Fraile, muy crítico con Díaz y Miguel Ángel Heredia para
asegurar que “ahora no hay que preocuparse. Habría que haberlo hecho en el 39 Congreso rompiendo estatutariamente
con la situación anterior”.
Por la misma posición se decantaba Enrique Linde, histórico dirigente del PSOE, al afirmar que “un líder prefiere legitimarse por el voto de
la militancia, en vez de buscar la posible falta de avales de los otros
candidatos”.
A estas alturas de la contienda, desconozco las razones por
las que el Congreso Federal dejó
abierta la posibilidad de favorecer a Su
Susanísima, o quizá se trató de un error en la planificación del nuevo
modelo de partido, sustentado en la voluntad de la militancia. Lo cierto es,
sea por lo que sea, que Pedro Sánchez
ha resbalado en Andalucía, desde donde
sufrirá sus consecuencias.
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