Se cumplen
ahora los primeros 100 días desde que el Gobierno, encabezado por Pedro Sánchez, tomó posesión el día 7
de junio, en un acto en La Zarzuela
que en sí mismo, estuvo plagado de novedades, guiños y cambios en el
ceremonial.
Los
ciudadanos parecían conscientes de que empezaba una nueva época en España, como luego confirmaron las
encuestas y parecieron apostar por ella. Tampoco hay que ignorar que otros
muchos asistieron al evento con indiferencia, apatía y bastantes dosis de
incredulidad. La oposición, aglutinada entonces en torno a la derecha, no
consideró oportuno conceder al nuevo Ejecutivo,
los habituales cien días de gracia, y
desde el minuto uno empezaron su labor fiscalizadora, por cierto, con bastante
desorden, debido en parte a la profunda crisis que en aquellos días envolvían
al Partido Popular y Ciudadanos.
El nuevo Gobierno iniciaba su andadura con un
gesto que recibió el aplauso de medio mundo al mostrar desde primera hora su
apuesta por el feminismo. La composición del nuevo Gabinete iba más allá de la paridad al nombrar once ministras y
seis ministros. Se empezaba a hablar del Consejo
de Ministras y Ministros.
Rueda de Prensa de Pedro Sánchez. Foto: Fernando Calvo/La Moncloa. |
Pero a los
pocos días, el equipo de Pedro Sánchez
se enfrentaba a la primera patata
caliente de su mandato, la gestión de la cuestión migratoria, que se
resolvía con un giro de 180 grados, en relación con la desarrollada por el Partido Popular. El 17 de junio
atracaba en el puerto de Valencia la
flotilla encabezada por el buque Aquarius,
de la ONG SOS Méditerranée, con 630
refugiados a bordo. Un hecho que protagonizó la actualidad internacional y que
recibió el reconocimiento de las principales cancillerías europeas.
Pero lo que
parecía un cambio de rumbo en política migratoria se fue empañando días después
al conocerse el cambio de postura sobre la cuestión de las devoluciones en caliente en la frontera. Desde la oposición, Pedro Sánchez se posicionó en contra de
la Ley de Seguridad Ciudadana, que
incluía la regularización del "rechazo en frontera". El PSOE, había presentado entonces un
recurso de inconstitucionalidad contra su legalidad, pendiente de resolución todavía
en el Tribunal Constitucional.
El nuevo Gobierno tuvo que decidir cuál era su
posición sobre las devoluciones en
caliente ante la Gran Sala del
Tribunal de Estrasburgo, tras el recurso presentado por el Partido Popular a la sentencia que
condenaba a España por dos
expulsiones inmediatas realizadas por la
Guardia Civil en 2013. El Ejecutivo optó por defenderlas. De
hecho, el 26 de julio, tras producirse el primer salto coordinado a la valla de
Ceuta tras la moción de censura, con
la entrada de 602 personas a la ciudad autónoma, 27 migrantes fueron expulsados
de forma inmediata.
Las
reticencias a acoger el Aquarius por
segunda vez, la defensa de las devoluciones
en caliente y las dudas sobre la retirada de las concertinas provocaron el desagrado del principal socio del Gobierno, Podemos, incluidos IU y Equo.
En el
capítulo de luces que ha aportado el nuevo Gabinete
socialista, se encuentra sin duda el desbloqueo de la grave situación en la
que se encontraba el ente público RTVE,
que a pesar del espectáculo parlamentario propiciado por la situación de
minoría en la que se encuentra el PSOE
en la cámara baja, consiguió sacar adelante el nombramiento de Rosa María Mateo, como administradora
única provisional, así como poner en marcha los mecanismos necesarios para
lograr, en breve plazo, la independencia de la citada empresa pública.
También se empezaban
a poner sobre la mesa las primeras piezas para hacer realidad la promesa de la
subida del salario mínimo
interprofesional, que en palabras del presidente evitará que el reparto de
la renta entre los trabajadores y los beneficios empresariales no esté
absolutamente desequilibrado. “Creo que hay que recuperar ese equilibrio”, dijo
Sánchez al anunciar un incremento
del 36 por ciento en dos años, es decir, un aumento de 264 euros, que colocará
al salario mínimo en los 1.000 euros mensuales en 2020.
Destacar
también las medidas adoptadas para hacer aflorar la discriminación de género en
el empleo o los llamados falsos autónomos,
así como devolver las cotizaciones a los trabajadores con dependientes a su
cargo. Un logro también fue la aprobación del Real Decreto por el que se aumentó, en 8 puntos, el porcentaje de
la base reguladora para el cálculo de la pensión de viudedad.
Sin embargo,
la derogación de la Reforma Laboral
impuesta por la mayoría del PP,
sigue en el alero. A este respecto, tanto los dirigentes de Comisiones Obreras, como de la UGT, han reiterado en diversas
ocasiones la necesidad de “derribar sus aspectos principales ya que se está
"en tasas de precariedad, temporalidad y parcialidad altísimas", en
palabras de Unai Sordo, mientas que Pepe Álvarez advertía de que su
“organización sindical no renuncia a su objetivo de lograr la derogación de las
reformas laborales, pese a la aritmética parlamentaria actual”, y pidió al
Gobierno que "aborde los problemas y ponga soluciones y evite entrar en una dinámica de tanteo ante el complejo arco
parlamentario”.
Aquí viene a
cuento destacar, las medidas emprendidas, para el cumplimiento de la llamada Agenda 2030, ya abordadas en estas
mismas páginas, en la que Naciones
Unidas impone 17 Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) que todos los países deben cumplir para
erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas
las personas y que el Gobierno de Pedro Sánchez parece empeñado en
alcanzar. Al menos así lo ha manifestado en los foros internacionales. En este
mismo sentido, también es reseñable la vuelta activa de España al escenario de la política internacional. Un ejemplo claro
es la reciente gira del presidente Sánchez
por cinco países latinoamericanos.
Hay otros
hitos destacables en estos cien primeros
días de gestión, como la devolución a los ciudadanos, el pasado 13 de
agosto, de la universalización de la Sanidad, o la propuesta para la
regulación de la eutanasia. Desde el PSOE
destacaban que la vuelta a la Sanidad
Universal para todos los ciudadanos, medida revalidada por el pleno del Congreso de los Diputados el pasado 6
de septiembre, no se trataba de un gasto, sino de una inversión, porque así
tendremos un país más sano. Pero sobre todo, según los socialistas, se ha
devuelto por humanidad, la misma humanidad que le faltó al PP cuando la eliminó en 2012.
También el
acceso a la vivienda, mediante la búsqueda de un mercado equilibrado, se ha
convertido en una de las prioridades del Ministerio
de Fomento, que estudia fórmulas para sacar al mercado de alquiler pisos
vacíos. Primero se plantea hacer pedagogía con los propietarios de inmuebles
desocupados, antes de dar paso a las penalizaciones.
En el
capítulo de sombras hay que apuntar lo que parece un relajamiento a la hora de tomar medidas sobre los nuevos impuestos
anunciados para revertir las políticas de recortes en derechos sociales que
llevó a cabo el Partido Popular, el
impuesto a la banca y el aumento del IRPF para los ingresos superiores a los
60.000 euros anuales, así como otras medidas
impositivas para las grandes empresas.
No hay que
dejar de referirse al estado de la llamada cuestión
catalana. El Gabinete de Sánchez ha dado pasos claros hacia un
intento de destensar el clima político en Cataluña
para buscar una solución política al conflicto. Sin embargo, tanto Partido Popular, como Ciudadanos, parecen empeñados en hacer
estallar la situación, con claros intereses electoralistas.
En
definitiva, la que los socialistas denominan la Agenda del Cambio está en marcha, pero quedan por delante
cuestiones muy importantes que abordar. Entre ellas, derogar la ley Mordaza, las garantías para el
cumplimiento de la Ley de Dependencia
o la eliminación de los copagos farmacéuticos. Sin olvidar que los restos del general Franco siguen en el Valle de los Caídos.