Más armas, no gracias

 

RAMÓN TRIVIÑO

El debate que estos días ocupa una buena parte del escenario político de este país sobre la necesidad o no de incrementar el gasto destinado a defensa y seguridad ha encendido una fuerte polémica entre todos los actores parlamentarios, pero también entre las fuerzas progresistas que apoyan al actual gobierno de coalición. España ha tenido tradicionalmente una política exterior basada en la diplomacia y el multilateralismo, por lo que muchos consideran que sus políticas no deberían centrarse ahora en una carrera armamentística.

Tanque de combate.

Aunque desde el PSOE insistan en que aumentar el gasto en defensa no tendría que implicar recortes en sanidad, educación o políticas sociales, lo que podría generar descontento social, no parece muy claro que se pueda llevar a cabo lo que ses una simple voluntad política, ya que nadie explica la fórmula par conseguirlo.

Un incremento del gasto militar podría ser visto como una militarización innecesaria que podría afectar la imagen del país en el ámbito internacional. Otros argumentan que la seguridad de España debería reforzarse más a través de la cooperación en defensa dentro de la Unión Europea (UE), en lugar de aumentar el gasto militar a nivel nacional.

Tras los últimos movimientos y la irrupción de Trump en el escenario europeo, el jefe del Ejecutivo de España, Pedro Sánchez, anunció que “harán un esfuerzo” para alcanzar dicho porcentaje antes de la fecha fijada. Hacerlo supondría un incremento de más de 11.000 millones de euros en los próximos años y sería posible incluso sin presupuestos.

No puede ser ningún ejemplo la postura adoptada por la ultraliberal Ursula Von der Leyen que pretende saltarse al Parlamento Europeo con su multimillonario plan de rearme para la UE. La presidenta de la Comisión Europea esgrime la excepcionalidad del momento para impulsar el fondo de préstamos de 150.000 millones de euros sin que la Eurocámara pueda cambiarlo o avalarlo, ni opinar sobre la flexibilización de las reglas fiscales con la que Bruselas busca aumentar un 1,5 por ciento el gasto en defensa hasta 650.000 millones de euros.

En todo caso, lo más seguro, es que todas las fuerzas de izquierda se sumen a los colectivos que gritan ‘Más armas, no gracias’, lo que hace improbable su aprobación en el Congreso de los Diputados, a no ser que Sánchez quiera tensar aún más la cuerda con sus socios de investidura y emprender otra huida hacia adelante. Tengo la impresión de que una buena parte de la sociedad española sigue estando contra las guerras y frente a los intereses de los lobbies que se enriquecen con el armamento.