Mastodon Punto y Aparte: 'Pepe el Trompeta' intenta de nuevo demostrar que es hijo del IV marqués de Larios

viernes, 18 de abril de 2025

'Pepe el Trompeta' intenta de nuevo demostrar que es hijo del IV marqués de Larios

 

El abogado gallego Ramón Sabín, que logró que más de 17.000 afectados de unas 70 cofradías de pescadores de Galicia, Asturias y Cantabria que él representó cobraran, un año después del siniestro del Prestige, más de 60 millones de euros en indemnizaciones, representará legalmente a José Collado, también conocido como Pepe el Trompeta, que lleva años intentando demostrar que es el hijo de José Antonio Larios Franco, IV marqués de Larios y de Guadiaro, según una información que publica La Tribuna de Albacete.


José Collado.


Tras la desestimación del recurso que presentó en el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Albacete, debido a que la nueva demanda no aportaba datos nuevos con respecto a la anterior, José Collado quiere que su nuevo letrado, Ramón Sabín, presente una demanda por la vía penal, con la que pretende demostrar que es el hijo del marqués. «Mi nuevo abogado es Ramón Sabín Sabín, que es uno de los mejores abogados que hay ahora no en España, sino en Europa. El nuevo abogado va a intentar pedir la anulación del procedimiento civil para pasar el caso al penal. «Me ha dicho que es algo difícil, pero no imposible», señaló Collado al medio citado.

La historia de José Collado es digna de un auténtico culebrón televisivo, que ya se ha abordado en varias ocasiones en estas páginas. Las luchas intestinas entre los herederos de la fortuna de José Antonio Larios Franco podrían convertirse en inútiles si algún día el malagueño, José Collado López, que el próximo mes de julio cumplirá 78 años, consigue probar que es el único hijo vivo del IV marqués de Larios, nacido como fruto de una relación extramatrimonial, que desmentiría así la tesis de que su presunto padre quedó estéril después de sufrir unas paperas en su infancia. A la vista de las fotografías de Collado, de su supuesto bisabuelo, Manuel Domingo Larios, II marqués de Larios, y del propio José Antonio Larios Franco, que podría ser su padre, el parecido entre los tres parece avalar el parentesco de su presunto heredero que ya lleva sobre sus espaldas más de una década de lucha para demostrar en los tribunales su filiación.

Aunque parece que una larga mano negra se interpone en ese camino. José Antonio Larios Franco falleció en la finca de la Dehesa de Los Llanos, en Albacete, el día de nochebuena de 1954. Así consta en la esquela que se publicó en el diario ABC. Se supone que la memoria y los restos del IV marqués de Larios habían descansado tranquilos hasta el 14 de mayo de 2011, cuando después de la citada y larga pelea judicial José Collado consiguió que un juzgado de Albacete ordenase su exhumación para comprobar, a través del ADN, si era o no su hijo.

Esta parte de la historia se inicia en el Hospital Civil de Málaga, el 31 de julio de 1948, cuando Emilia, que trabajaba de cocinera en la casa que los Larios tenían en la exclusiva barriada malagueña de El Limonar, da a luz un varón al que puso de nombre José y que al parecer era fruto de la relación sentimental que ella mantenía con José Antonio Larios. Según el relato que el propio Collado ha contado a varios medios de comunicación, la marquesa Pilar Príes, enterada de la infidelidad del marqués, que al parecer no era la primera, comienza a hacerle la vida imposible a la joven madre y termina contratando a unas señoras para que trasladaran a Emilia a la localidad jiennense de Martos, aprovechando la ausencia de Málaga del presunto padre.

El recién nacido, que cuenta ya con 9 meses, queda ingresado en La Gota de Leche, institución pública de beneficencia de la capital malagueña. De ahí, pasa a una casa-cuna y, posteriormente, al colegio de La Milagrosa, donde permanece hasta cumplir los 16 años. A partir de ahí, siempre según el relato de Collado, empieza una vida marcada por la soledad y la dureza, en la que el presunto descendiente del marqués de Larios se busca la vida como cartero, guarda, pero especialmente como trompetista, instrumento con el que ha recorrido medio mundo, aunque establece su residencia en la ciudad de Marbella.

En una entrevista publicada por el diario Sur de Málaga el 13 de mayo de 2010, titulada José Collado, demandante de la herencia de Larios: «El dinero no es lo que me alienta, sino que se sepa que soy hijo del marqués», realizada por Nieves Castro, el trompetista de la Agrupación Musical de la Hermandad de La Pollinica de la citada ciudad de la Costa del Sol, narra que durante los primeros años de su vida, solamente un señor quiso adoptarlo una vez, un proceso que no llega a buen puerto y que al parecer hoy se situaría en la parte contraria en el procedimiento judicial que posteriormente se iniciaría para determinar su filiación paternal.

Es en el popular programa de televisión Quién sabe dónde, dirigido por el periodista Francisco Lobatón, donde Collado ve la oportunidad para tratar de localizar a sus progenitores. Un sueño que según su testimonio se repetía durante muchas noches y tras el que se decía, en referencia a su madre desconocida, “no moriré hasta encontrarte”. Y el sueño se hizo realidad.

Estamos en 1997, el trompetista cuenta con 49 años de edad, cuando el equipo de Lobatón localiza a Emilia Collado, que ya tenía 82 años, quien en el transcurso de una cena íntima, que se desarrolla en el Parador de Jaén, le narró el idilio con el noble y que de esa “pasión” había nacido él. Es su madre quien le cuenta a solas que el padre era José Antonio Larios Franco. Collado se entera ese mismo día, gracias al relato de su madre de que era el segundo de cuatro hermanos, tres varones y una hembra, todos de padres distintos y que a su madre le dijeron que él había muerto al poco de nacer. También a través del programa de televisión «se puso en contacto conmigo una cuñada de la mujer de mi hermano, cuando yo no sabía ni que tenía hermanos», señaló Collado el 9 de enero de 2017 a La Opinión de Málaga. Fue un encuentro muy amargo, contó Collado, que consideró la postura de su madre como una muestra de valentía. «Supongo que quería decirme quién era mi padre porque sentía una especie de deuda conmigo por abandonarme cuando tenía nueve meses», explicó públicamente. Es entonces cuando, tras el reencuentro, Collado plantea a la madre la pregunta, ¿sería capaz de narrar estos hechos ante el Colegio de Notarios de Granada. Y así lo hizo. En la notaría Lozano de Jaén, Emilia Collado narró su testimonio. A partir de este momento se empieza a conocer a través de los medios de comunicación, el 8 de junio de 2010 llega a la portada del New York Times, una historia que parece extraída de la ficción pero que día a día se demuestra como una auténtica realidad.

En el procedimiento judicial abierto a instancia de Collado y sus representantes legales entiende, en principio, el Juzgado de Instrucción número 6 de Albacete al ser competente por haber sido en aquella provincia donde falleció el IV marqués de Larios. Aquí, Collado cuenta con la oposición de los supuestos herederos legítimos que en todo momento negaron su colaboración para que saliera adelante el reconocimiento de paternidad y la realización de las correspondientes pruebas de ADN. José Collado solicita desde 1996 los títulos nobiliarios y la correspondiente parte de la herencia. Después de muchos tiras y aflojas en los tribunales, José Collado consigue que se realice en la Dehesa de los Llanos la exhumación del cadáver de su presunto padre y que se lleven a cabo las pruebas solicitadas.

La noticia que llega desde el Instituto de Toxicología de Madrid cae sobre él como un auténtico jarro de agua fría, ya que los forenses dictaminaron la no coincidencia de los datos genéticos examinados. Parece interesante, por los datos que aporta, conocer la sentencia nº 132/2012 dictada el 01 de marzo de 2012, por la magistrada María Dolores Escoto Romaní, titular del Juzgado de Primera Instancia Número 6 de Albacete, que en procedimiento de reclamación de filiación paterna n° 328/2006 falló desestimar la demanda formulada por José Collado López en reclamación de filiación extramatrimonial respecto de José Antonio Larios Franco, con imposición de las costas procesales. Al menos resulta curioso saber que por la parte demandante se encontraba tan sólo José Collado, mientras que en la parte demandada estaban, representados por sus procuradores, y en algunos casos por letrados designados al efecto, José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta, actual marqués de Larios, Bárbara Gutiérrez Maturana Kalachnikof, Cristina Gutiérrez Maturana Larios Kalachnikof y Bárbara Gutiérrez Maturana Larios Kalachnikof, además de Carlos Gutiérrez Maturana Larios Altuna.

Al margen de este listado, en el edicto que recoge la citada sentencia se puede leer que entre los demandados también se encuentran la herencia yacente y aquellos herederos desconocidos e inciertos de José Antonio Larios Franco, IV marqués de Larios, declarados en situación de rebeldía procesal; con la intervención del Ministerio Fiscal. Es entonces cuando Collado recurre de nuevo al juzgado de Albacete para presentar una serie de pruebas que avalarían que existió un traslado de restos desde Albacete hasta una capilla de Málaga en el año 1999. Si esto se demostrara existiría un presunto delito de falsedad, al haberse presentado unos restos como los del marqués de Larios que no le corresponden, ya que éste se encontraría enterrado en Málaga y no en la finca de Albacete.

La reclamación de Collado se basó en un dictamen del forense José Cabrera que concluyó que del estudio de los huesos que se había realizado surgían dudas acerca de que los restos pudieran pertenecer a un hombre de la edad con la que murió el marqués, 53 años. Incluso, apuntó la posibilidad de que en el sepulcro del noble pudieran existir restos de más de una persona. El citado forense no pudo prestar su testimonio ante la titular del juzgado número 6 de Albacete ya que la vista fue suspendida a petición de los abogados de Collado, que intentaban ampliar los medios de prueba que demostrasen la paternidad de su patrocinado. Por otro lado, se presentó denuncia ante la Policía Nacional de Málaga en la que se puso en conocimiento de la autoridad gubernativa el que habría sido un traslado irregular de los restos del marqués a la cripta que la familia Larios posee en el convento de las Hermanitas de los Pobres de la ciudad de Málaga. Un edificio construido en el año 1868 cuya capilla es panteón de los Larios, familia que también fue la encargada de financiar el conjunto de las obras del centro religioso. Otros miembros de la familia, los más antiguos, fueron enterrados en la cripta de la iglesia de San Agustín, mientras otros reposan en el panteón 95 del cementerio de San Miguel, ambos también en la capital malagueña. También existen enterramientos de los Larios en Madrid.

L a citada denuncia se basó en el hecho de la presunta ilegalidad de un transporte de los restos sin identificar y la actuación de la madre superiora de las Hermanitas de los Pobres que no se opuso a esta acción. De otra parte, se solicitó al juzgado la toma de declaración de varios testigos procedentes de Málaga y de otros vinculados a la Dehesa de los Llanos conocedores de que entre 1999 y el año 2000 se produjo un traslado de restos humanos al citado convento de la capital malagueña. Las pesquisas policiales quedaron paralizadas después de que en la primavera del año 2011 los investigadores de la Policía visitaran el convento para tomar una serie de fotografías de la cripta .«Aprovechamos para limpiar, porque yo llevo tres años en este sitio y nunca la había visto», dijo la religiosa responsable del convento en declaraciones a la periodista del diario La Voz de Albacete, Maite Martínez Blanco, publicadas el día 28 de mayo de 2011. La madre superiora contó entonces que como «todo el mundo sabe» hace unos años «trajeron unos restos» y aunque ella no estaba en el convento por aquel entonces, explicó que las monjas tenían entendido que esos huesos llegaban de Madrid donde habrían estado sepultados en algún otro convento clausurado.«Dicen eso, pero se trajeron sin ningún protocolo ni nada», explicó la religiosa.

Mientras, los herederos de José Antonio Larios Franco insisten en que sus restos son los que están enterrados en el sarcófago de piedra de la finca de Los Llanos, el mismo que una comisión judicial abrió en mayo del año 2010 para tomar las muestras de ADN. Transcurre el tiempo y, a inicios del año 2017, siguen sin trascender noticias, tanto sobre las investigaciones policiales como de actuaciones judiciales, a pesar de que en enero del citado año José Collado manifestara al diario La Opinión de Málaga su decidida voluntad de reclamar nuevas pruebas de paternidad que demuestren que es el hijo no reconocido del IV marqués de Larios. Un silencio llamativo que, al menos, da que pensar. Según las investigaciones de Collado y sus abogados «los huesos son de unas fosas comunes de Tomelloso y los metieron en la cripta de mi padre", afirmó Collado.


Si está interesado en el tema, puede ampliar la información en los libros del periodista y escritor Ramón Triviño ‘La herencia envenenada del marqués de Larios’ y ‘Asesinato masonería y franquismo’

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